TRADICIÓN ORAL

Leyenda de Beatriz Juliana de la Soledad Pedrique


CIUDAD/CENTRO POBLADO: San Rafael de Orituco


Hace unos cien años, una muchacha llamada Beatriz Juliana de la Soledad Pedrique quedó sola al morir todos sus hermanos. Tras la muerte de éstos ella hereda sus bienes y los destina a ayudar a los pobres, a quienes brinda comida y dinero. Murió soltera y fue enterrada en el cementerio de la región. Pasó el tiempo y sus restos fueron trasladados a la iglesia. Para sorpresa de todos los testigos, el cadáver de Beatriz Pedrique no mostraba signo alguno de descomposición. El cuerpo fue depositado en una urna de vidrio y enterrado en un lugar desconocido del templo. Años después con la visita pastoral del obispo, se decide buscar el sitio exacto donde Beatriz Pedrique fue enterrada, lo que atrajo el terror de los vecinos de la comunidad (se creía que si el cuerpo de la muchacha llegaba a sangrar iban a ocurrir grandes catástrofes). Sin embargo, el cuerpo no fue conseguido. En 1960, en plena restauración de la iglesia se consiguió en el piso el cadáver intacto de una muchacha vestida con un jumper marrón, blusa blanca, dos trenzas negras que caían sobre sus hombros y las manos cruzadas en el pecho llevando un rosario.

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